Algo así leímos alguna vez en el Reglamento General de la Circulación o en cualquier manual del conductor de los que se usan para la obtención del permiso de conducir, no necesariamente para el aprendizaje de la conducción y mucho menos de la circulación. Sin embargo, las marcas viales son las grandes olvidadas de la dotación de la carretera pese a su importancia de cara a preservar el orden y la seguridad del tráfico.
¿Por qué no atendemos a las marcas con la misma pulcritud que atendemos a las señales verticales o a los semáforos? Es difícil dar respuesta a esta pregunta, por lo que quizá sólo podemos aventurar algunos indicios que nos llevan a concluir que bien se trata de un problema de destreza visual, bien de un problema de actitud. O bien un mix de ambas cosas, que no están reñidas entre sí.